Mejora del empoderamiento de las mujeres y la lucha contra las violencias machistas en la región de Ziguinchor, Senegal
Ubicación: Región de Ziguinchor, Casamance, Senegal
Presupuesto total: 457.673,46 €
Financiador: Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament (ACCD)
Duración: 18 meses
Socio local: USOFORAL
Entidad agrupada: La Xixa Teatre
Sectores de actuación
Derechos de las mujeres
Lucha contra las violencias de género
Senegal tiene un Índice de Desarrollo Humano de 0,512 –posición 168–, y un índice de desigualdad de género de 0,523 –posición 125– (PNUD, 2020). En cuanto a la situación de los derechos humanos, a pesar de haberse ganado una reputación como país estable y con un fuerte tejido de sociedad civil, también proyecta algunas sombras, como el conflicto de Casamance, activo desde 1982.
La región de Ziguinchor se encuentra situada en el extremo sur del país y limita al norte con Gambia, al sur con Guinea-Bisáu, al este con la región de Sédhiou y al oeste con el océano Atlántico. Es, por tanto, una región fronteriza. Pertenece a la región natural llamada Baja Casamance y está situada a 12°33’ de latitud norte y 16°16’ de longitud oeste. La región fue creada en julio de 1984 por la Ley 84-22 modificando la Ley 72-02 relativa a la organización de la Administración Territorial Local senegalesa.
Cubre una superficie de 7.340 km², es decir el 3,73% del territorio nacional, con una población estimada de unos 713.440 habitantes (el 5,7% de la población nacional), caracterizada por su juventud (el 50% menor de 17 años). La proporción de población masculina y femenina es prácticamente igual (99,4 hombres por cada 100 mujeres), pero hombres y mujeres no tienen las mismas oportunidades en cuanto al acceso a muchos recursos como la educación, la salud materno-infantil, los empleos remunerados y los espacios de decisión. La densidad de población es de 97,21 hab/km² y la tasa de urbanización es alta (47,15% –la nacional es del 42%–), debido, entre otras razones, a la inseguridad generada por los enfrentamientos entre el ejército y los combatientes del Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance (MFDC) desde 1982.
La región se divide en tres departamentos (Ziguinchor, Bignona y Oussouye). El clima es de tipo subguineano, con elevadas precipitaciones entre los meses de junio y octubre y un período seco de noviembre a mayo, lo que crea un paisaje de bosques y manglares. La red hidrográfica es bastante densa. Cuenta con el río Casamance como principal curso, con 350 km de longitud.
La región de Ziguinchor es una verdadera encrucijada de etnias y pueblos que conviven, como los diola (57,8%), los mandinga (11,10%), los fulbé (10,5%), los wolof (3,9%), los manjack (3,5%), los balant (2,9%), los serer (2,70%), los mancagne (2,4%), etc. La diversidad y convivencia de diferentes comunidades es una característica típica de los pueblos del África occidental, donde los movimientos de población, las migraciones transfronterizas y las tradiciones estatales han sido de gran importancia desde hace siglos. Antiguamente, las fronteras de los estados de esta región africana no eran rígidas y los movimientos de población eran un elemento importante para la legitimación de la autoridad y para evitar poderes demasiado rígidos. Las mujeres han desempeñado un papel muy importante en los procesos históricos de esta región.
En cuanto a las creencias religiosas, la religión mayoritaria es el Islam (78%), el Cristianismo representa el 18% y el animismo un 32,7%, aunque estos datos deben tomarse con precaución porque es difícil establecer límites claros entre unas y otras.
A pesar de su potencial económico, la región de Ziguinchor ocupa una posición rezagada respecto al resto de regiones a causa del conflicto bélico que tuvo lugar entre los años 1982 y 2000 y las inseguridades que aún persisten.
Las mujeres juegan un papel importante dentro de la mal llamada economía informal, que se sitúa entre la tradición perdida y la modernidad inaccesible, ya que la mayoría de transacciones no registradas –y que son tan o más importantes que las formales– son realizadas por ellas (pequeño comercio, horticultura, ganadería, transformación de productos, etc.). Esta economía les permite acceder a ingresos mediante pequeñas inversiones (ya que no disponen de grandes capitales y el acceso al crédito o a bajos intereses no es fácil) y, al mismo tiempo, es un espacio en el que tienen más libertad para tomar decisiones, al no estar tan reglamentado.
Ziguinchor es una región con una alta escolarización y ocupaba, en 2008, el primer lugar a nivel nacional con una Tasa Bruta de Escolarización superior al 100,7% (94,2% entre las niñas). Cabe destacar que desde el año 2000 cuenta con una universidad pública.
En cuanto a los espacios de decisión, las mujeres todavía están débilmente representadas tanto a nivel político como administrativo. Sufren las consecuencias de una mirada androcéntrica de la sociedad, aunque existe un tejido asociativo femenino bastante organizado.
Son muchos los obstáculos institucionales, jurídicos, sociales, económicos, etc., a los que se enfrentan las mujeres y niñas de la región de Ziguinchor, que impiden garantizar que estén protegidas por marcos integrales eficaces para defender sus derechos, a pesar de los numerosos documentos oficiales y leyes que refuerzan las capacidades de las instituciones públicas y de las colectividades locales para integrar la EGiBDH (Equidad de Género y Basada en los Derechos Humanos) en las políticas públicas, la mejora del dispositivo jurídico de protección de mujeres y niñas, así como el fortalecimiento del liderazgo y capacidades de las mujeres. Entre estos instrumentos destacan el Plan Senegal Emergente, con horizonte 2035, la Estrategia Nacional para la Equidad e Igualdad de Género (2016–2026), y el Plan de Acción Nacional para la Erradicación de la Violencia de Género y la Promoción de los Derechos Humanos (2017–2021). Cabe señalar que la situación de los derechos de las mujeres y las violencias machistas se ha visto agravada con la actual pandemia de la Covid-19.
Mejorar el empoderamiento de las mujeres y la lucha contra las violencias machistas en 9 localidades de los departamentos de Bignona y de Ziguinchor (Enampore, Niassia, Boutapa Camaracounda, Adéane, Ziguinchor, Djinaki, Yibidione, Niamone y Coubalane), situados en la región.
Este proyecto, con una duración de 18 meses (de marzo de 2021 a septiembre de 2022), ha sido ejecutado por la XCS en agrupación con La Xixa Teatre.
A largo plazo, esta intervención contribuirá al logro del ODS5 sobre igualdad de género y empoderamiento de la mujer en Senegal y, concretamente, a la meta 5.2 de eliminación de todas las formas de violencia contra todas las mujeres y niñas del país, y a la meta 5.5 de garantizar la participación plena y efectiva de las mujeres, así como la igualdad de oportunidades de liderazgo en todos los ámbitos de toma de decisiones en la vida política, económica y pública.
Se trata de dar continuidad al trabajo realizado por XCS y La Xixa en la región y en el país en pro de la promoción de los derechos de las mujeres, entendiendo que gran parte de la violencia machista proviene de la vulnerabilidad económica, social, cultural y política de las mujeres y, por ello, se trabajará en torno a cuatro ejes estratégicos: (1) la participación activa de todos los actores/actrices del proyecto, (2) la contribución a la prevención, detección y erradicación de todas las formas de violencia machista, (3) el refuerzo del empoderamiento político y la capacidad de incidencia de las mujeres de la región de Ziguinchor, tanto a escala local como global, y (4) la contribución a la transformación de las estructuras y creencias que perpetúan desigualdades entre hombres y mujeres.
La contraparte del proyecto es USOFORAL, una organización con un importante discurso feminista y una larga experiencia acompañando a organizaciones de mujeres en la región de Ziguinchor, la cual ha participado activamente tanto en la identificación como en la formulación del proyecto.
La Universidad de Lleida, a través del GESA (Grupo de Estudios de las Sociedades Africanas), será la entidad subcontratada para la realización de una investigación sobre las relaciones de género en Ziguinchor, las formas de violencia hacia mujeres y niñas/chicas, así como los diferentes mecanismos de prevención y protección, tanto administrativos como tradicionales.
El colectivo protagonista de la acción lo constituyen 220 titulares de obligaciones, 147 titulares de responsabilidades y 900 titulares de derechos: en total, 1.267 personas, de las que 605 son varones y 662 son mujeres.